Varias son las razones que pueden impulsarnos a realizar un plan de negocio. Además cuando llega el momento, dichas razones se mezclan con las utilidades del mismo:

Una vez realizado el mismo, nos servirá además como instrumento de medida de los rendimientos obtenidos, permitiéndonos detectar errores en el planteamiento y resolución de los objetivos e idear formas de solucionarlos en el futuro.

El plan de negocios es una carta de presentación frente a posibles inversionistas, ayuda a encontrar socios, posibles proveedores etc…

De este modo, podemos ver que existen dos tipos de destinatarios del plan de negocio, dándole, por tanto, una doble utilidad a su realización:

Los emprendedores.

Sirve como instrumento de análisis para los propios promotores del proyecto. Es decir, es una herramienta de trabajo que ayuda, no sólo a evaluar la viabilidad de la idea, sino a buscar sus puntos fuertes y débiles, determinar alternativas de crecimiento, cursos de acción etc… creando en definitiva un “manual práctico”para poner en marcha durante todo el desarrollo del proyecto.

Entidades externas.

En el supuesto de que se necesite financiación o socios, el plan de negocio es una buena carta de presentación ya que con él se consigue demostrar la posibilidad de éxito del negocio.

El contenido del plan de empresa es muy importante, pero no lo es menos la presentación. Difícilmente podremos obtener credibilidad y atraer socios o inversionistas, si nuestro plan está mal escrito, desorganizado y mal confeccionado.

La posible impresión que tendrá el lector sobre nuestro proyecto es que no se ha meditado mucho o no estamos capacitados para llevarlo a cabo en caso de no hacer una correcta presentación, ten cuidado.

“Ha sido una herramienta muy importante y útil para nuestro crecimiento ya que nos ha facilitado nuestros procesos en todos los niveles y con una atención personalizada excelente”.

Edith Ávila Alcaraz

Asistente de Dirección | Industrias Force